Ir al contenido principal

Entradas

Narrando.

Simplemente, hagan clic en al foto

Entradas recientes

Ser o no Ser. Explicación.

Hay va una buena explicación del monólogo de Hamlet ''ser o no ser''.

La primera poetisa.

Safo no se sentía bien en aquel atardecer. Llevaba sin escribir más de tres días, y un pesar que no era capaz de definir la afligía. Se había escondido entre la maleza para observar a su amada con su propio amado, y un gélido frío ardía en ella. No hacía, sin embargo, ningún frío; tampoco calor. De hecho, no sólo el clima parecía perfecto: también el sonido de los pájaros, y el sol muriendo lentamente, y las espléndidas ropas de su joven amada y el joven de ella. Todo parecía perfecto y bello, pero ella no era parte de la escena. Y entonces se dio cuenta de que, como si en su boda estuvieran o como si fuesen dioses, ambos eran felices, y esa no es una palabra que esté hecha para el hombre. Y por eso le pareció igual a un dios aquel que frente a ella se sentaba. Y se dio cuenta de que ella era más bella que cualquier guerra. Y se vio esta vez en la escena, pero sólo como el ente que sufre. Y se dio cuenta de que ya podía volver a escribir, pero abatida y con pesar. Y desde entonces su

Relato a los héroes durante el coronavirus.

No hace mucho tiempo, durante la pandemia, conocí a Irene. Ella trabajaba en un hospital, y conseguí no sé cómo, al principio de todo, su número de teléfono. No era, en cualquier caso, una relación con ella lo que yo buscaba, no; yo quería saber cómo avanzaba mi madre.  Todavía no se había extremado la maldita cuarentena, y uno podía acompañar a sus enfermos al hospital e incluso quedarse por allí un tiempo, pero no era necesario ser un genio para saber que en breve eso acabaría, y que tendría que despedirme de mi madre hasta no sé si después de muerto. Ella, Irene, estaba allí, trabajando, y se ofreció, no sé por qué, a ir comentándome por mensaje cómo iba mi madre.  Nunca volví a ver a Irene, pero entablé con ella una relación indescriptible, y acabó siendo para mí cuanto yo era. Vivía solo y, sin mi madre y atormentado por mi propio amor a la soledad, Irene fue mi compañera, quizá sin saberlo, y fue la única persona con quien hablé durante la cuarentena. Ella sólo me c

Poema al coronavirus y al encierro.

Poema al coronavirus. Están cerradas las calles, Iglesias, negocios, casas, Y hasta de algún hombre el alma Se ha confinado a algún Hades, Y sufren en este encierro De las gentes la piedad, O su propia soledad, U otro tan terrible fierro. Y en este rompido sueño Que del hombre el mundo rompe Se hacen a Dios nuevos loores, Y del cielo nuevos dueños. No valió tanto la vida, Nunca tan poco la muerte; Que el que sigue vivo viva, Solos nos deje la muerte. Vive Dios que el hombre muere, Y por ello vive, anhela, Ama, yace, abraza y muere, y cuando alguien muere, riela. Y si ha de vencer la parca, No haya dios que desconozca Que el hombre se esconde en casa Y por vivir tira su honra.