A veces
pienso en la vida;
Pienso en mis seres queridos,
En esos que ni se han ido,
Ni se irán.
Pienso en mis seres queridos,
En esos que ni se han ido,
Ni se irán.
Pienso
en mi fin, y en mi ida,
Y en cómo ellos, ya extinto,
Una vez haya partido,
Podrán soñar con la vida.
Y lo harán.
Y en cómo ellos, ya extinto,
Una vez haya partido,
Podrán soñar con la vida.
Y lo harán.
No son,
en cualquier caso, las lágrimas vertidas
Lo que trae el ocaso y en dos mi ánima parte,
Sino el imaginar lo que ellos pensarán;
A estos que alguna vez vieron a bien amarme,
¿Aun peor les irá, y sus negras entrañas
quedarán?
Lo que trae el ocaso y en dos mi ánima parte,
Sino el imaginar lo que ellos pensarán;
A estos que alguna vez vieron a bien amarme,
¿Aun peor les irá, y sus negras entrañas
quedarán?
Ya sé
que todos lloran a un amigo o a un hijo,
pero es que no comprendo qué iban a extrañar.
¿Quién de todos lo hombres ha visto en mí - un Héctor,
Y no al cruel asesino que muerte le daría?
pero es que no comprendo qué iban a extrañar.
¿Quién de todos lo hombres ha visto en mí - un Héctor,
Y no al cruel asesino que muerte le daría?
No veo motivo para pensar
Que sin mí sus vidas a empeorar fueran,
Pues no doy de más, ni pido de menos,
Y aunque me quieran, no me lo merezco.
Que sin mí sus vidas a empeorar fueran,
Pues no doy de más, ni pido de menos,
Y aunque me quieran, no me lo merezco.
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